Leo Messi llegó a Barcelona el 17 de septiembre del año 2000. En diciembre firmó “el contrato de la servilleta”, que le unió al club blaugrana; y desde ese momento, el Barça se hizo cargo del tratamiento que aquel joven argentino necesitaba para solucionar sus problemas con la hormona del crecimiento.

Messi se rompió el peroné en su segundo partido con el Infantil B y estuvo de baja toda la temporada 2000-2001. Ya recuperado, en la siguiente campaña, Leo aprovechó cada ocasión para demostrar su enorme nivel de juego y fue escalando niveles a una velocidad de vértigo, compartiendo vestuario con otros jóvenes prometedores, como Cesc Fàbregas y Gerard Piqué, que también son de la quinta de 1987.

La Real Federación Española de Fútbol intentó convencer a Leo (español por residencia) para que jugase con la Rojta la fase final del Mundial Sub-17 que la FIFA organizó en Finlandia, en 2003. España tenía una gran selección, en la que su amigo Cesc era el líder, y junto a él estaban David Silva o José Manuel Jurado. Con Messi podían ser imparables. Leo renunció, esperando ser convocado por Hugo Tocalli, el seleccionador Sub-20 de Argentina. No obstante, este, que ya tenía armado un equipo para Finlandia, no contó con él. La Rojita finalizó segunda aquel torneo, por detrás de Brasil, y Fàbregas fue Bota de Oro y Balón de Oro del campeonato.

La RFEF siguió insistiendo en convocarle, pero Messi tenía las cosas claras: quería vestir la albiceleste. El padre de Messi aprovechó una visita a Barcelona de Marcelo Bielsa, entonces seleccionador argentino, para darle a su segundo entrenador, Claudio Vivas (que también era rosarino), unos vídeos de su hijo en acción. Vivas los vio y decidió pasárselos a los técnicos de las selecciones inferiores. La acción de Jorge Messi tuvo el efecto deseado, ya que Leo no tardó en recibir su primera convocatoria internacional. Y por fin, el 29 de junio de 2004 debutó con Argentina Sub-20, ante Paraguay, en el Estadio Diego Armando Maradona de Buenos Aires. El encuentro terminó 8-0; Leo entró en el minuto 67 y le dio tiempo a marcar 1 gol y a dar 2 asistencias.

Días después, el 3 de julio de 2004 jugó su segundo partido internacional Sub-20, en Uruguay. La Albiceleste ganó 1-4, con dos goles de Messi. Ambas actuaciones le valieron para ser convocado para disputar el Sudamericano Sub-20 de Colombia, que se jugó a principios de 2005.

Argentina finalizó el campeonato invicta, pero en la 3.ª posición, tras Colombia y Brasil. Messi fue el segundo máximo goleador, con 6 tantos, por detrás de los 11 del colombiano Hugo Rodallega. Gracias a su 3.º puesto, la Albiceleste se clasificó para el Mundial Sub-20 2005, que se jugó en junio de 2005 en los Países Bajos.

Y allí dejó Messi su impronta. Argentina ganó su quinto título mundial juvenil, derrotando a Nigeria en la final y a la España de Fàbregas, Silva y Fernando Llorente en cuartos de final. Leo fue el máximo goleador (6 goles) y el Balón de Oro del torneo. Las comparaciones con Maradona empezaron a ser inevitables.

Poco después, la posibilidad de enfundarse la Roja desapareció por completo, ya que le llegó el debut con la selección absoluta de Argentina. Leo fue convocado por el seleccionador José Pekerman para un amistoso frente a Hungría. El partido se jugó el 17 de agosto de 2005. Messi entró en el terreno de juego en el minuto 63 y solo duró en el césped 47 segundos. Recibió el balón, fue encimado por el defensa magiar Vilmos Vanczák, quien le agarró de la camiseta. Messi soltó el brazo para intentar liberarse y le dio un manotazo en el cuello. El árbitro alemán Markus Merk lo consideró agresión y expulsó a Leo Messi, que salió llorando de la cancha.

Leo siguió en la órbita de la selección y jugó su primer partido oficial el 3 de septiembre de dicho año 2005, ante Paraguay, en las eliminatorias del Mundial 2006.

A partir de ese momento, Messi inició su peculiar relación de amor-odio con la Albiceleste y con los aficionados argentinos al fútbol. Leo ha jugado 138 partidos internacionales, en los que ha marcado 70 goles y ha dado 42 asistencias. Solo ha ganado dos títulos con Argentina, el Mundial Sub-20 de los Países Bajos (2005) y los Juegos Olímpicos de Pekín (2008). Messi tiene una deuda con Argentina y consigo mismo, ya que le falta un título con la absoluta, con la que ha perdido 4 finales, 3 en la Copa América (2007, 2015 y 2016) y 1 en el Mundial de Brasil de 2014. El Mundial de Catar 2022 podría ser su última gran oportunidad.

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