Messi y el legado de Tito Vilanova
La temporada 2011-2012 finalizó con un sabor más agrio que dulce para Leo Messi. Había conseguido las mejores cifras de su carrera (60 partidos oficiales, 73 goles y 29 asistencias); había añadido 4 nuevos títulos a su palmarés: la Copa del Rey, el Mundial de Clubes y las Supercopas de España y Europa; y se había hecho con el Balón de Oro (el tercero consecutivo). Pero se le habían escapado los dos títulos más importantes, la Liga, ante el Real Madrid de Mourinho, y la Champions, ante un Chelsea que salió vivo de las semifinales porque Leo falló un penalti. Además, Pep Guardiola, el técnico que le había dado los galones de líder del Barça, había dicho adiós (o al menos, hasta luego), para afrontar nuevos retos lejos de la Ciudad Condal.
La nueva temporada 2012-2013 arrancó con el hasta entonces “segundo” de Pep, Tito Vilanova, al frente del primer equipo. Tito había entrenado mucho tiempo a Leo en las categorías inferiores del Barça, lo que le daba mucha tranquilidad al astro argentino. En el capítulo de fichajes, el más destacado fue el de Jordi Alba, que no tardó en generar una gran complicidad con Leo en el campo.
La campaña no comenzó bien en lo deportivo para el Barça, ya que el Real Madrid le ganó la Supercopa de España.
Pese a este revés inicial, el conjunto blaugrana tuvo un gran inicio de Liga, que se prolongó durante toda la primera vuelta, en la que Messi y compañía sumaron 55 puntos de los 57 posibles, estableciendo un récord histórico de la competición. Todo parecía muy bien encaminado, pero el 19 de diciembre de 2012, los servicios médicos del Barcelona anunciaron que a Tito Vilanova se le había reproducido el cáncer en la glándula parótida, dolencia por la que ya había sido operado el año anterior. Vilanova fue reemplazado temporalmente por su segundo, Jordi Roura.
Messi comenzó el año con una buena nueva. El 7 de enero, la FIFA anunció que le habían concedido su cuarto Balón de Oro, convirtiéndose así en el primer jugador que conseguía tal número de galardones.
Durante los primeros meses de 2013, el Barça siguió solventando con eficacia los partidos. Messi, Iniesta y Xavi estaban en el momento de plenitud de sus carreras y el equipo parecía imparable. Aun así, el Real Madrid siguió dándole guerra, ya que lo eliminó de la Copa del Rey en semifinales.
Tito Vilanova se reincoporó al banquillo a primeros de abril. Con la Liga bien encaminada, el objetivo culé era avanzar en la Champions. Los blaugranas eliminaron al PSG en cuartos y se enfrentaron al Bayern Múnich en semis. Y en la capital bávara, los blaugranas sufrieron la mayor derrota “europea” de los últimos 3 lustros, al caer por 4-0 en el Allianz Arena. La eliminación se completó en la vuelta, en el Camp Nou, donde los alemanes volvieron a ganar por 0-3.
El Barça no tardó en asegurarse el título de Liga y finalizó la competición igualando el récord de puntos, con 100. Además, los de Messi lograron la mayor ventaja en la historia de la Liga respecto al segundo clasificado, el Real Madrid, que se quedó a 15 puntos. Además, el Barça consiguió marcar en todas las jornadas de la competición, algo que no sucedía desde 1944.
A título personal, Leo Messi estableció un nuevo récord, al anotar durante 19 jornadas consecutivas y convertirse en el único jugador capaz de marcar al menos un gol en todos los partidos de una vuelta completa de la competición. A nivel global, Leo jugó un total de 50 partidos oficiales, marcando 60 goles y dando 16 asistencias. Fue el Pichichi de la Liga, con 46 goles (12 más que Cristiano Ronaldo). El portugués tuvo cifras totales semejantes a las del argentino (55 partidos, 55 goles y 12 asistencias) y se proclamó máximo goleador de la Champions (con 12 goles, por delante de los 8 de Messi).
El verano de 2013 fue muy convulso en Can Barça. Empezó de una manera muy ilusionante, ya que el club realizó el fichaje de Neymar Jr. No obstante, las salidas fueron muy numerosas: Abidal, Bojan, David Villa, Deulofeu y Thiago Alcántara. Y Tito Vilanova se vio obligado a dejar su cargo de entrenador, al volvérsele a reproducir el cáncer. El presidente Sandro Rosell se movió con rapidez y fichó al técnico argentino Gerardo Martino. El “Tata” no tardó en ganar su primer título con el Barça: la Supercopa de España (sería el único que conseguiría en su estancia en Barcelona).
Messi, Neymar y compañía tuvieron un buen inicio de Liga, y se mantuvieron en el liderato durante toda la primera vuelta.
Las cosas se empezaron a torcer a principios de 2014. Como si fuese un mal augurio, el 13 de enero, Cristiano Ronaldo ganó su segundo Balón de Oro, por delante de Messi. La decisión generó cierta polémica, ya que el argentino parecía haber realizado más méritos que el portugués.
En la Liga apareció en escena un duro rival, el Atlético de Madrid del Cholo Simeone, que se puso líder por primera vez en la jornada 22, y a partir de la 25 se consolidó en tal posición, demostrando que era un serio rival en la lucha por el título. En la Champions, el Barça superó la fase previa y derrotó claramente al Manchester City en los octavos de final. Y en la Copa, el Barcelona fue superando rondas, plantándose en la final.
Entonces, llegó el mes de abril, que iba a ser clave en el desenlace de la temporada blaugrana. Y las cosas no pudieron salir peor. En la Champions, Barcelona y Atlético de Madrid se enfrentaron en los cuartos de final y los colchoneros eliminaron a los blaugranas merecidamente. Una semana más tarde, el Barça jugó la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid, y los merengues se impusieron por 2-1, gracias al recordado gol de Bale, que superó en carrera a Marc Bartra. Y el 25 de abril llegó la noticia que nadie quería oír: la muerte de Tito Vilanova, el técnico que más influencia tuvo en Leo Messi, junto a Pep Guardiola. Seis días antes de irse, Tito le hizo un último gran favor al Barça: convenció a Leo de que no dejase el Barça al final de aquella nefasta temporada.
Apeado de la Champions y tras perder la Copa ante sus máximos rivales, el Barcelona se centró en la lucha por la Liga. Colchoneros y blaugranas se jugaron el título el 17 de mayo en el Camp Nou. El Barça necesitaba la victoria. En el primer tiempo, Alexis Sánchez adelantó al conjunto catalán. Pero en la segunda mitad, Diego Godín puso el empate en el marcador y 1-1 fue el resultado definitivo. El Atlético de Madrid se proclamó campeón de Liga. Y la semana siguiente jugó al final de la Champions ante el Real Madrid. Los blancos consiguieron el título en un final agónico, en el que Sergio Ramos forzó la prórroga con un gol en el minuto 93.
Y así se cerró la temporada más triste de Leo Messi en el Barça. El astro argentino jugó 46 partidos oficiales, marcando 41 goles y repartiendo 15 asistencias.
Cristiano Ronaldo terminó la campaña con números mejores: 47 partidos, 51 goles y 17 asistencias. Además, había ganado la Copa y la Champions. El pulso de la temporada había sido claramente para el portugués.