La apuesta más bizarra de la historia
Un canadiense llamado Brian Zembic puede ser considerado, por sus propios méritos, como el ganador de una de las apuestas más extrañas de cuantas se han hecho.
En el verano de 1996, el tal Zembic estaba en Las Vegas jugando una partida de poker de niveles altos. Los jugadores comenzaron a hablar sobre las prótesis de silicona y uno de ellos, llamado Jobo, opinó que ponerse pecho para atraer a los hombres era una tontería. Zembic le rebatió afirmando que a él le gustaban las mujeres de pechos voluminosos. La charla se fue acalorando y terminó en una prop bet, en una alocada apuesta.
Jobo se comprometió a entregarle a Zembic 100.000$ si se ponía unos implantes mamarios de la talla 38C (unos 100cm) y los mantenía todo un año.
Zembic decidió aceptar la propuesta y todo quedó formalizado por medio de un contrato. El canadiense no se operó de inmediato. No obstante, ya en otoño, perdió dinero en la Bolsa y se decidió a ponerse los implantes. Reunió los 4.500$ que costaba la cirugía jugando al backgammon y en octubre de 1996 se operó en New York.
Su oponente en la prop bet, Jobo, se enteró de la noticia y le ofreció a anular la apuesta pagándole una compensación de 50.000$, pero Zembic se negó. Si había hecho la locura era porque quería los 100.000$. Estaba decidido a vivir un año entero con los implantes puestos.
Y así fue. Pasaron los 365 días acordados y en octubre de 1997, Jobo pagó su deuda.
Pero la historia no termina aquí. Tras cobrar los 100 de los grandes, Zembic decidió no quitarse las prótesis de silicona. Había ganado tanta celebridad gracias a su apuesta que se había convertido en un “producto de marketing”.
Los implantes de Zembic dieron título a un libro de anécdotas relacionadas con el mundo del juego titulado El hombre de los implantes mamarios de 100.000$ y otras historias de apuestas.
A día de hoy, Zembic tiene 58 años, mantiene una estética puramente masculina, pero sigue llevando los implantes de silicona. Se suele dejar ver en los casinos de Las Vegas, donde no para de hacerse fotos con la gente.